¿Por qué los faraones eran considerados dioses?
En las civilizaciones prehistóricas y antiguas las religiones solían ser politeístas. Esto quiere decir que había una multitud de dioses que velaban y protegían a los humanos. Cada uno de ellos tenía asignada una tarea determinada: Existía el dios del viento, del mar, de las cosechas, de la fecundidad, del amor, de la adivinación, etc.
Dioses y semidioses
Los pueblos más antiguos adoraban a las fuerzas naturales, al agua, el fuego, la tierra y el aire. Los cuatro elementos. Para aplacarlos se valían de ofrendas que eran ofrecidas en los oráculos. A su vez, el dios se comunicaba con los mortales mediante un sacerdote o vidente. Es decir, mediante la persona encargada de transmitir su mensaje.
En ciertas civilizaciones, se creía que el vidente o sacerdote que tenía la facultad de comunicarse con los dioses, era a su vez un ser divino y especial, una especie de semidios. Una persona sagrada que tenía un don excepcional.
El faraón era considerado un dios
Lo mismo ocurría con los faraones. El faraón era la reencarnación terrenal de un dios, por lo que el Faraón era considerado una persona sagrada. Por ello se les rodeaba de lujo y esplendor, de riquezas y ofrendas tanto en vida como a su muerte.
Cuándo el faraón moría, el lugar en el que quedaba enterrado pasaba a considerarse un lugar sagrado. Los monumentos funerarios como las Pirámides son en realidad templos funerarios en los que descansaban los restos mortales del faraón. Con él se enterraban sus familiares más cercanos, incluidos su esposa e hijos.
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